Un secreto entre sus piernas

By valentina

…ella guarda un secreto entre sus piernas…desde niña cuando imagina de cerca en un contexto sexual unos pechos femeninos se excita…y no entiende muy bien porqué pues sabe que le gustan los chicos…que le excitan y le enamoran las barbas…sus pechos con vello (si es negro mejor)…sus nalgas firmes y duras…sus piernas musculadas…sus manos fuertes, esas que cogen con contundencia…sus gemidos graves…roncos…casi como gruñidos de animal no perteneciente a la especie humana…sus penes erectos…esos que rozando sus piernas, sus nalgas le van informando de su deseo y multiplican por mil el suyo propio…
…sin embargo…guarda un secreto entre sus piernas…y es que con ellas también se ha imaginado…también a ellas les ha besado…también visualizando sus manos en sus propios pechos se ha mojado…pero es un secreto…un secreto que nunca ha hecho realidad…ni sabe si dado el caso conseguiría gustarle como le gusta en su imaginación…pero su imaginación es muy amplia…muy pícara…y libre…muy libre…todo lo libre que sus neuronas de extremo a extremo de esa materia gris que mantiene sobre sus hombros le permite…y se cuenta un cuento…
…un día se encuentra en su habitación en casa de sus padres…anda todavía arrastrando la basura que un nuevo desamor le ha dejado de recuerdo…y en ese jodido calvario de los arrepentimientos imposibles decide marchar sola a un bar de ambiente con el que fue alguna vez con aquel cabrón…no con el afán de verlo pues sabe que él por allí ya no vuelve…si no con la venganza atada en su cintura de joder al mundo entero y aventurarse a experimentar aquello que siempre quiso probarse a sí misma…
…conoce a unas chicas de aquellos días antiguos en los que fue….se sienta con ellas y a su lado una chica nueva…jamás la había visto…les presentan y comienzan a hablar…se llevan bien…jodídamente bien…especialmente bien…y encima no se porqué nota algo…algo que si fuera un chico sabría muy bien identificar pero que en este caso le cuesta creer…y todavía más aceptar su propia atracción…
…se intercambian teléfonos y quedan después de muchos meses una tarde para tomar algo, siguen charlando, las dos tímidas, las dos ensimismadas en sus adentros aunque la nueva amiga le cuenta que cuando estuvo en su país (pues es de Colombia) tuvo una crisis y se cuestionó si podía ser que en realidad le gustaran las mujeres…y ella…nuestra protagonista en cambio no se sinceró…todavía le faltaban unos cuantos años para poder atreverse a contar su secreto…sin embargo sabía que en el fondo su nueva amiga lo sabía sin necesidad de confesiones…
…pasaron otros muchos meses más…tal vez un año…y volvieron a quedar…esta vez se fueron a cenar juntas y después al bar donde se conocieron…hubo un momento en el que juntas una al lado de la otra su nueva amiga apoyó uno de sus pechos en la parte trasera de su brazo…como si no hubiera más espacio para las dos frente a la barra…y allí se quedaron quietas…muy quietas…casi parándose la respiración de las dos…y nada más…ningún roce más que aquel sutil contacto…
…después se fueron a una discoteca, juntas continuaron hablando y disfrutando de sus conversaciones…la nueva amiga sacó su papel de fumar y con los restos de hachís que guardaba en una cajita se lío un porro (todavía eran años en los que estaba permitido el consumo de tabaco en locales públicos) y juntas inhalaron ese humo blanco y denso con virutas del thc invitando a alterar las conciencias un poquito más…
…hubo un momento en que se cogieron de la mano para ir hacia otra zona de la discoteca…dos manos juntas…nada más…
…después el reloj comenzó a dar alertas…”es tarde”…”es muy tarde”…iba diciéndole…”es demasiado tarde”…y salieron del local y montaron ambas al coche…de camino ella andaba pensando “¿cómo voy a dar ningún paso?…no me atrevo…no me atrevo…no me atrevo…”…la amiga iba en completo silencio…y de pronto ella que andaba con el no me atrevo…no me atrevo…le dijo…”sabes, ahora me apetecería darte un beso…pero se que no debo…” esperando que ella le derribara los muros, los perjuicios y los miedos y los lanzara por la ventanilla semiabierta de aquel coche que andaba en marcha…pero no lo hizo…a cambio le respondió que “no lo hagas…no te arrepientas…no sabes cómo soy”….y ella que andaba con los miedos asidos a sus costados apretándole el estómago, las caderas y la lengua…enmudeció y no volvió a abrir la boca hasta llegar a su portal…la dejó…se despidieron con dos besos castos de buenas amigas y nunca más volvieron a verse…
…el cuento podría haber seguido…pero ella no sabe mentir…aunque si imaginar…y en su campo onírico alguna noche la ve acercarse a su cama…abre las mantas que la cubren y se acomoda junto a ella…le gusta imaginarla con ropa interior para hacer el camino un poco más intenso…minúsculas barreras que detengan o dificulten los anhelos…y su primer contacto real…en un idioma completamente claro y con cero miedos lo experimentan con sus lenguas…con sus labios con el intercambio de saliva…con sus respiraciones que comienzan a agitarse…con el contoneo de sus caderas…con sus pieles abrasándose mutuamente…y lo que antes era un colchón comienza a ser un mar…un mar mecido por sus propias olas…mojándose ambas pieles con aguas ajenas…
sus mejillas andan enrojecidas…sus pechos han aumentado su volumen pues el deseo tiene esa maravillosa virtud…y su clítoris ha dejado de necesitar estimulación física y cree que con un solo contoneo más las contracciones se sucederán como si de réplicas de un terremoto se tratara…
ya…por fin abre los ojos…con su mano izquierda aún mojada enciende la luz tenue de su despertador…ese que le cuenta que hace tan solo 10 minutos que apagó la luz de su mesita de noche…el corazón le va a mil…y su sonrisa dibuja un bonito y tranquilo arco invertido…se acurruca doblando sus rodillas y se tapa hasta las orejas…siempre sobre su lado izquierdo…cierra los ojos y se abandona al sueño…sabe que no hay nada mejor para dormir que al ritmo de sus palpitaciones descabalgando y volviendo al trote ligero hacia las playas de Morfeo…ella desaparece de su imaginación y se vuelve a ir por donde vino…

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